¿Divorcio exprés? ¿De veras?

Fran y Alicia no pueden evitar sentir cierto vértigo ante la perspectiva del divorcio. El precipicio emocional es tan intenso que les parece avanzar por una montaña rusa de sensaciones diversas. Unos días son mejores y otros peores, pero al final de la vía el camino se bifurca. Ambos quieren que saltar, todo termine ya ¿para qué prolongar lo inevitable si la decisión está tomada? 

Se ponen en marcha, acuden a Google,  Chat GPT y bucean en busca de respuestas recorriendo las webs de distintos abogados, blogs de familia con artículos jurídicos... Y así se topan con varios anuncios que prometen divorcios "exprés" en tan solo 48 horas. Para Fran y Alicia la idea de resolver de un plumazo su divorcio suena tan sencillo como pedir comida china un domingo por la noche. No obstante, no son ingenuos y sospechan que esos titulares pueden esconder más de lo que prometen. Por ello conciertan una cita con una abogada de familia, que les mira de frente con media sonrisa. 

La abogada les explica la letra pequeña. Es experta en procesos de ruptura matrimonial y conoce perfectamente las implicaciones emocionales que todo divorcio conlleva, así como la naturaleza de los asuntos a tratar. Detalla por que, con hijos de por medio, el divorcio no es como un huevo que se pone a freír en una sartén. Y así descubren que lo más exprés que existe es el divorcio de mutuo acuerdo, pero también requiere sentarse a negociar cosas serias: ¿Qué va a pasar con la casa? ¿Cómo se repartirá la convivencia con los niños? ¿Cómo se distribuirán sus gastos? Si hasta la organización con su precioso Maltipoo es un quebradero de cabeza... Ello sin olvidar el tema económico: pensiones, ahorros, hipoteca, quizás la venta de la casa... Es imposible meter todo en un cronómetro de 48 horas, por más que algunos anuncios lo pinten como un truco de magia. 

Si no tuvieran hijos o estos ya fueran mayores de edad, podrían avanzar algo más rápido (dado que no existirían la mayoría de decisiones problemáticas), pasando por la notaría. "Pero, aún así, antes habríais debido meditar vuestro acuerdo". La abogada sonríe porque todos los caminos llevan a Roma: El divorcio no es solo un check en una lista de asuntos pendientes. Hay un trasfondo emocional intenso. Diseñar el futuro no se hace en dos días. "Esos anuncios subestiman el proceso anímico y reflexivo" concluye.

Para Alicia y Fran, la reunión con su abogada es un frenazo necesario. Han entendido que no se trata de correr, sino de avanzar con el conocimiento preciso para diseñar soluciones prácticas y duraderas, que impacten positivamente en sus vidas y en la de sus pequeños. Hacen un listado de asuntos que afectarán a la nueva organización y tratan la solución, (incluso cómo pagarán Disney). No será un divorcio de récord Guinness, pero si uno bien hecho y equilibrado.