A veces, mis clientes se quedan perplejos cuando defino el convenio regulador como ese documento especial para
la construcción de un futuro de equilibrio y armonía. "¿Cómo
vamos a construir para el futuro si hemos destruido nuestra relación y nuestros
proyectos?" me dicen, sorprendidos.
En otro caso, se verán abocados a un proceso contencioso, largo y emocionalmente agotador. Será un juez quien
disponga sus vidas aún a costa de
perder lo que no quisieron ceder en una negociación.
Si te quedas con la primera opción, la vía constructiva del acuerdo, comienza a pensar en la hoja de ruta para un viaje con destino al bienestar de tus hijos. ¿Quieren convivir con ambos? ¿Cuál debe ser su atención económica en función de vuestros respectivos ingresos? ¿Qué va a ocurrir con la casa familiar? El objetivo final es que tus hijos crezcan felices, seguros y equilibrados a pesar de la separación. Además, aprenderán de tu modelo respetuoso de resolución de los conflictos y lo aplicarán en el futuro como algo natural.
Un proceso de mutuo acuerdo o mediación refleja madurez, pues implica que las partes se aparten del orgullo y el egoísmo que, en estos casos puede ahogarles, para concentrase en el interés de sus hijos. Es un paso hacia el futuro que requiere comprensión y generosidad por parte de ambos.
Te presento a Pablo y Laura. Una pareja que comenzó su andadura con la ilusión de un futuro común, pero no han resultado ser un matrimonio idílico, precisamente. Sin embargo, han sabido afrontar su divorcio como una oportunidad de crecimiento personal y, lejos de contemplar la ruptura como un fracaso, la han aceptado teniendo presente el bienestar de sus hijos. Por eso, ninguno ha actuado con egoísmo ni rencor hacia el otro.
En el camino elegido han logrado los siguientes BENEFICIOS:
COMUNICACIONES
ABIERTAS: Durante las
negociaciones Pablo y Laura han mantenido un diálogo sincero. Cada uno ha expresado sus preocupaciones y deseos. Ambos se han sentido escuchados,
valorados y respetados. Han tenido presente en todo momento el interés superior
y beneficio de sus hijos. Han discutido mil veces, por supuesto, pero han sabido limar las diferencias.
CONTROL
SOBRE EL RESULTADO: Pablo y Laura han podido tomar directamente las decisiones
sobre sus propios asuntos, en lugar de dejarlos en manos de un juez. Por ello, han regulado las medidas de forma pormenorizada, detallando aspectos que no
hubieran obtenido en el juzgado. De esta manera han eliminado lagunas y la
posibilidad de interpretaciones diversas. Su convenio regulador es como un manual de
instrucciones a la carta. Saben como celebrarán las comuniones de sus hijos,
han decidido como sufragarán sus viajes de estudios y hasta el carnet de conducir, previendo aspectos del futuro para evitar conflictos a largo plazo, incluso qué pasará si alguno de los dos sufre un traslado laboral a otra ciudad. Además, han
introducido mecanismos correctores económicos, en función de una ampliación o minoración de sus ingresos en el futuro.
DISMINUCIÓN
DEL ESTRÉS EMOCIONAL: La
estabilidad emocional para sus hijos no ha tenido precio. Los niños continuarán
manteniendo relaciones sanas y cercanas con su padre y su madre, sin verse
atrapados en disputas ni conflictos de lealtades.
MODELO DE COMPORTAMIENTO SALUDABLE: Al resolver su conflicto de manera colaborativa, Pablo y Laura han sido y serán un modelo de respeto esencial para sus hijos. Los niños aprenderán una resolución de conflictos respetuosa en el futuro. Si algún día pasan por un proceso de divorcio o separación, naturalizarán el acuerdo como resolución ideal, en lugar de contemplarlo como un conflicto.
MODELO DE COMPORTAMIENTO SALUDABLE: Al resolver su conflicto de manera colaborativa, Pablo y Laura han sido y serán un modelo de respeto esencial para sus hijos. Los niños aprenderán una resolución de conflictos respetuosa en el futuro. Si algún día pasan por un proceso de divorcio o separación, naturalizarán el acuerdo como resolución ideal, en lugar de contemplarlo como un conflicto.
RÁPIDA
RESOLUCIÓN: Los
acuerdos se han alcanzado en menor tiempo que un litigio, lo que ha permitido a
cada uno seguir su propio camino más rápido.
COSTES
REDUCIDOS: Al
evitar un juicio contencioso, Pablo y Laura ha reducido significativamente su
factura de abogado y procurador.
En
resumen, la actuación de Pablo y Laura es un ejemplo inspirador de cómo
enfrentar una separación de manera positiva y constructiva. Al priorizar la
comunicación y el bienestar de sus hijos, han logrado transformar una situación
difícil consiguiendo un acuerdo que beneficia a todos, dentro de un ambiente
respetuoso que les permitirá seguir adelante sin resentimientos.