Equipos psicosociales: ¿Un arma de doble filo?

En los procedimientos de divorcio o separación contenciosos, especialmente cuando se dirimen cuestiones de custodia de los hijos, es frecuente requerir la intervención de los equipos psicosociales.

Estos equipos, adscritos a los juzgados de familia, elaboran informes periciales que aportan una visión técnica sobre la dinámica familiar y el interés superior de los menores.

 

¿CUÁL ES SU COMPOSICIÓN Y SUS OBJETIVOS?:

Los equipos psicosociales están formados generalmente por un psicólogo y un trabajador social. Ambos trabajan de manera complementaria para ofrecer un análisis integral. El psicólogo se centra en la evaluación de la dinámica emocional y relacional de la familia, mientras que el trabajador social examina el contexto socioeconómico y los entornos en los que se desenvuelven los menores. Su objetivo principal es proporcionar al juez información objetiva que facilite la toma de decisiones en beneficio de los hijos, considerando aspectos como la custodia, el régimen de visitas o las necesidades específicas de los menores.

 

CARACTERÍSTICAS DE LAS ENTREVISTAS:

El proceso de evaluación se estructura en varias fases, cada una diseñada para recopilar información detallada y observar interacciones relevantes. Las entrevistas son el pilar de este proceso, como ahora veremos. 

 

A) ENTREVISTAS CON EL PSICÓLOGO:

1.   Entrevistas Individuales con los padres para evaluar la capacidad parental, el estilo de crianza, las habilidades de comunicación y la disposición para fomentar la relación de los hijos con el otro progenitor.

El psicólogo realiza entrevistas semiestructuradas, utilizando preguntas abiertas y técnicas proyectivas, para explorar la perspectiva de cada progenitor sobre el conflicto, sus expectativas y su relación con los menores. Presta atención a la estabilidad emocional, la coherencia en las respuestas y la actitud hacia la coparentalidad. Por ejemplo, se valora si el progenitor muestra flexibilidad o si adopta posturas rígidas que puedan afectar a los hijos.

2.   Entrevistas con los hijos a fin de conocer sus deseos, emociones y percepciones respecto a su situación familiar, sin influencias externas. Las entrevistas se realizan en un entorno seguro y neutral. El psicólogo emplea un lenguaje accesible y, en ocasiones, herramientas lúdicas (dibujos, juegos o narrativas) para facilitar la expresión. De este modo se evalúa el vínculo con los padres y posibles señales de malestar emocional. La opinión de los menores, aunque no es vinculante, tiene un peso significativo.

3.   Observación de Interacciones Familiares. En este caso de analiza la calidad de las relaciones entre los hijos con su padre y con su madre, por separado. Analizan, en este caso,  como interactúan en un momento cotidiano como saludos, despedida o actividades conjuntas, valorando la complicidad, el afecto, la capacidad de respuesta a las necesidades de los menores y la consistencia en la aplicación de normas.

 

B. ENTREVISTA DEL TRABAJADOR SOCIAL:

El objetivo es contextualizar el entorno de los niños y evaluar los recursos disponibles para su bienestar. El trabajador social realiza entrevistas con los padres, los hijos, incluso con familiares cercanos o figuras relevantes en la vida de los niños. También puede visitar los domicilios para verificar las condiciones de vida. En su informe analizará aspectos como la estabilidad laboral, el acceso a servicios de salud y educación, las redes de apoyo familiar y la adecuación del entorno físico y social para el desarrollo de los menores.

 

DOCUMENTACIÓN COMPLEMENTARIA:

Además de las entrevistas, los equipos psicosociales recopilan y analizan documentación relevante, como:

  • Informes escolares: Para evaluar el rendimiento académico y la adaptación social de los niños.
  • Informes médicos: Para identificar necesidades específicas de salud física o mental.
  • Documentos judiciales: Como el expediente del caso, que proporciona el contexto legal del conflicto.

 

CONCLUSIONES DE LOS INFORMES PSICOSOCIALES:

Las conclusiones de los informes psicosociales son el resultado de un análisis riguroso que integra los datos obtenidos en las entrevistas, observaciones y documentos. Estas conclusiones suelen incluir:

  • Recomendaciones sobre la Custodia: Los equipos pueden sugerir la custodia exclusiva, la custodia compartida o, en casos excepcionales, otras medidas, como la supervisión de un tercero. Estas recomendaciones se basan en la capacidad de los padres por separado o conjuntamente para garantizar el bienestar de los menores y en la estabilidad que cada opción ofrece.
  • Propuestas sobre el Régimen de Visitas: Se detalla un plan de contacto de los hijos con el padre o la madre que no tiene asignada la custodia.
  • Identificación de Necesidades Específicas: Si se detectan problemas emocionales, dificultades de adaptación o conflictos parentales que afecten a los menores, se pueden recomendar intervenciones como terapia familiar o mediación.
  • Evaluación de la Coparentalidad: Se analiza la disposición de los padres para colaborar en la crianza, un factor clave para la viabilidad de la custodia compartida

Aunque los informes de los equipos psicosociales no son vinculantes, su influencia en la decisión judicial es innegable. Los jueces suelen otorgarles un peso considerable, ya que proporcionan una perspectiva técnica y  objetiva de la situación y deseos de los hijos. Ahora bien, aunque su intervención es de gran relevancia para la decisión judicial, suele prolongar los procesos debido a la alta demanda lo que puede generar demoras significativas.

Por ello, muchas veces se propone como alternativa: la exploración judicial, pues se trata de una prueba más ágil en la que el juez entrevista directamente a los niños en un entorno privado, sin la presencia de sus padres ni sus abogados. Esta opción reduce los tiempos del procedimiento, ya que se realiza prácticamente a la par del juicio.

 

RETOS Y CONSIDERACIONES:

La intervención de los equipos psicosociales supone un reto, en sí misma pues alarga en exceso los tiempos y suele “despacharse” con excesiva brevedad.

La saturación de los servicios psicosociales puede retrasar los procedimientos varios meses, lo que puede consolidar dinámicas familiares temporales que dificulten cambios posteriores. Por ejemplo, si la madre es quien convive con los niños y estos se han acostumbrado a ello, pueden inclinarse a dejar las cosas como están.

Además, la evaluación depende, en parte, de la disposición de los menores a expresarse y de su estado emocional durante las entrevistas, lo que introduce un elemento de variabilidad y un posible conflicto de lealtades, pues a veces acuden prevenidos por alguno de sus padres.

Hay que indicar que la duración de las entrevistas suele ser insuficiente, y que no suelen hacerse pruebas psicométricas para determinar la veracidad de lo que expresan. Sin embargo, en la mayoría de los casos, el resultado de estas entrevistas son las que determinan la decisión judicial.

Por tanto, pueden resultar una herramienta esencial para determinados conflictos familiares de cierta entidad o gravedad, y cuando se trata de niños pequeños; pero si tienen más de doce años y las situaciones familiares entrar dentro de parámetros de normalidad, suelo apostar por la exploración judicial, por su rapidez.