Darte el
“Sí quiero” no es firmar un papel y vivir la vida prometida en
Instagram.
Casarse es un compromiso emocional y ético muy serio, pues supone la confluencia de destinos en el viaje de la vida.
En
España, este pacto tan especial se recoge en los artículos 66, 67 y 68 del
Código Civil, que se leen en cada boda y a los que se presta el consentimiento. Y no son solo palabras bonitas o
loables intenciones, sino la asunción responsable de una serie de obligaciones
entre los esposos.
Empecemos
por el artículo 66, que pone la igualdad sobre la mesa. Los
cónyuges están a las duras y a las maduras, al cincuenta por ciento. Ambos
tienen los mismos derechos y deberes. Se trata de una igualdad con mayúsculas,
respaldada por la Constitución.
El artículo
67 es la receta de una convivencia sólida:
"Respetaros, ayudaros y poned a la familia por delante", dice. Se trata de remar juntos, de priorizar el
"nosotros" sobre el "yo". Es un recordatorio de que el
matrimonio es un equipo, no una competencia de egos.
Casarse es un compromiso emocional y ético muy serio, pues supone la confluencia de destinos en el viaje de la vida.
Desde le punto de vista legal resulta muy conveniente consultar con un abogado antes de dar el paso. Planificar la economía y las consecuencias de la ruptura evita problemas a posteriori.