En el derecho de familia, el artículo 39 de la Constitución Española y la Convención sobre los Derechos del Niño imponen al juez el deber de velar por los menores, incluso apartándose de las pretensiones de las partes. Esto implica que el juez no está limitado por sus respectivas peticiones y puede solicitar pruebas adicionales para tomar la decisión más adecuada, incluso si esto implica apartarse de las demandas iniciales de las partes, incluyendo incluso medidas no propuestas por ellas, en su sentencia. Por lo tanto, el principio inquisitivo otorga al juez un rol proactivo en la toma de decisiones. Por ejemplo, imaginemos que ambos cónyuges solicitan una custodia exclusiva de los hijos. El juez puede imponer una custodia compartida si la encuentra más beneficiosa a los menores, su realización es posible, y responde a los deseos manifestados por estos. El impacto es significativo, pues aleja a las partes de la concepción de ganancia o pérdida del pleito, dado que puede dar la r...